Fases de una cata

Cómo catar vinos; las tres fases para hacerlo como un experto


El Club de Vinos Valdeorite nada con un doble propósito; por un lado, ofrecer un servicio de suscripción para que nuestros socios reciban de forma cómoda y en su domicilio una selección de vinos de reconocido prestigio: y por otro, acercar y profundizar sobre el mundo del vino con recursos interactivos y con un componente lúdico. 

Por ello, ya hemos comenzado a organizar las primeras videocatas para que los socios del Club Valdeorite conozcan todos los secretos de los vinos que recibirán en casa. 

En este artículo, os detallamos las tres fases principales en las que se divide una cata para experimentar el vino en todas sus dimensiones. ¡Tomen nota!


Fase Visual


Un vino tiene que entrar por los ojos. O al menos es lo primero en lo que debemos contemplar en una cata. Para ello, es fundamental contar con una superficie blanca, como la de un mantel o una servilleta, sobre la que inclinar ligeramente la copa. 

Observaremos la lengua o el ribete del vino, ya que las tonalidades de este nos darán pistas muy importantes sobre la ‘edad’ del vino. Los colores violáceos denotan juventud, mientras que los tonos anaranjados y desvaídos son un signo claro de crianza. En este último caso, sobre todo de crianza en botella, pueden aparecer taninos o partículas en suspensión naturales. 

En esta primera fase visual nos detendremos también en la lágrima, las gotas visibles al agitar la copa que muestran el grado de viscosidad del vino de acuerdo a la densidad de dicha lágrima, o en la intensidad de color, que se distingue en pálida, media y profunda. 


Fase Olfativa


Es un momento trascendental. El 70% de nuestra capacidad gustativa deriva del olfato, por lo que debemos estar especialmente receptivos a abrirnos al mundo de matices en el que nos sumerge el vino. 

Una primera cuestión fundamental es la temperatura de servicio del vino. Cuanto más frío se encuentre, más ‘cerrados’ estarán los aromas, por lo que debemos prestar atención a preservar el vino a la temperatura indicada en la etiqueta. 

La fase olfativa se divide, a su vez, en dos momentos. Primero aspiramos profundamente a copa parada, introduciendo la nariz en la copa para que ningún otro olor del entorno enturbie la experiencia. Posteriormente, agitamos la copa en dirección contraria a las agujas del reloj, para comprobar cómo se va ‘abriendo’ el vino, cómo van apareciendo nuevos matices que en un primer instante habían estado a la espera de ser despertados. 


Fase Gustativa


Llegó la hora de la verdad. En ocasiones nos gustaría pasar directamente a este momento, aunque no debemos perder la oportunidad de ‘conocer’ el vino con otros sentidos, como el de la vista y el olfato. Una vez completadas sendas fases, procederemos a degustar el vino. Para ello, damos un pequeño sorbo para despertar las papilas gustativas. Si el vino está demasiado frío, se aconseja atemperarlo con las manos en torno a la copa.  

Posteriormente, tomamos un trago más generoso, cogiendo algo de aire y esparciendo el vino en la boca durante unos 5 segundos para comprobar su persistencia. 

¿Te atreves a probarlo? La próxima vez que vayas a disfrutar de los vinos de Bodegas Valdeorite no te olvides de seguir estas tres sencillas fases para experimentar al máximo cada copa.